domingo, 23 de mayo de 2010

COMO UN CUENTO

Hace muchos, muchos años, una madre que tenía 5 hijas mandó que le bordaran un juego de sábanas para una de ellas; estas sábanas fueron primorosamente bordadas por las mejores manos que había en el pueblo.
Hecho el encargo, esta madre guardo este pequeño tesoro, en un cajón de su preciosa cómoda de madera de pino, en espera de que su hija algún día se casara para hacerle entrega de tan preciosa joya.
Los años fueron pasando y las demás hijas se fueron casando, pero ese juego de sábanas tan especial, no fue para ninguna de ellas, la buena mujer solo le daría ese valioso regalo a la hija para la que hizo el encargo.
El tiempo inexsorable siguió su curso, el largo invierno le daba paso a la tibia primavera, que a su vez le cedía el paso al caluroso verano, que amablemente le cedía el paso al agradable y colorido otoño y vuelta a empezar...
De las hijas que se casaron, nacieron otras hijas, que se hicieron mujeres y también se casaron, pero la sábana blanca e inmaculada seguía bien guardada en el cajón de la cómoda de madera de pino.
Sin embargo la hija para la que la sábana fue bordada, parecia no tener prisa por casarse, tuvo, eso si, algunos novios, pero la tan esperada boda nunca llegaba.
En esta gran familia que ya había crecido tanto, ya corría de boca en boca la historia de la preciosa sábana que la abuela un día muy lejano, había mandado bordar para su hija "M"
Aunque la hija se independizo, y dejo la casa de sus padres para irse a vivir a la
Capital, tan valioso regalo nunca le fue dado, era como una promesa que se había hecho su madre, "HASTA QUE MI HIJA NO SE CASE, NO LE SERA ENTREGADO EL JUEGO DE SÁBANAS"
Año tras año, todas, en la familia sabían de su existencia pero nadie lo había visto nunca, ya que permanecía guardado bajo siete llaves en la cómoda de madera de pino. Es curioso, pero la destinataria de tan valioso tesoro nunca lo reclamo.
Pasados muchos años y por el azar de la vida, esta hija volvió a su casa, a su hogar para vivir nuevamente y ya para siempre jamas, con sus padres, no volvió sola, traía en sus brazos a una precisa niña, un bebe recién nacido.
De nuevo, los inviernos le daban paso a la primavera, la primavera al verano, y el verano, al cálido otoño. Todo al rededor del juego de sábanas primorosamente bordadas, cambiaba cada día, unos crecían otros envejecían, la vida seguía su curso, solo una cosa en esta familia permanecía intacto, inmóvil, como el primer día en que fue creado...
Un día, hace algunos años, tuve el privilegio de ver el juego de sabanas protagonista de esta historia, con mucho cuidado lo sacaron del cajón de la cómoda en la que ha permanecido guardado la friolera de casi 70 años, estaba primorosamente envuelto en un papel muy fino, como de seda, pero que desilusión, el hilo del precioso bordado estaba lleno de manchas y casi no se atrevieron a desdoblarla por temor a que la tela se rasgara.
De nuevo y no sin cierta tristeza lo envolvieron en el papel de seda y lo encerraron para siempre en el cajón de la cómoda.
Que gran equivocación, guardar algo para una ocasión especial, que gran equivocación, no darse cuenta que el tiempo va pasando y algo tan bello, que en algún momento pudo dar mucha alegría a dos personas, se termino convirtiendo en un objeto inútil y sin sentido, frío e inservible que solo ha servido para ocupar un espacio en una preciosa cómoda de madera de pino.
Nunca, nunca dejéis de disfrutar del momento, de las ocasiones que nos brinda la vida para ser generosos, para hacer un regalo, para hacer reír a alguien.
AHORA ES EL MOMENTO, AHORA O NUNCA.
Bueno un besito y que seáis felices.