domingo, 15 de noviembre de 2009

ACEPTAR ESTA LOCURA


A veces en mi afán de superar lo negativo que pasa por mi vida, o a mi alrededor, me cubro de un material llamado "Aceptar" que cubre mi corazón y mis sentimientos, y los aisla del dolor, y así, puedo seguir mi camino como si no pasara nada.
Siempre me digo... Hay que hacerlo, hay que superarlo y seguir para adelante.
Muchas veces lo consigo, pero otras es imposible, el dolor es tan fuerte que no puedo cubrir mi corazón de "Aceptación" y mis sentimientos tienen que seguir su camino de dolor y de sufrimiento.
Ahora es uno de esos momentos...
La conocí hace un año y medio, más o menos; Era el mes de Marzo y nos acabábamos de cambiar de casa. Ella todas las mañanas salia para dar un paseo por el jardín de nuestra casa. De la mano llevaba a una niña, un princesita con el pelo negro y lleno de rizos. La niña apenas empezaba a dar sus primeros pasos de la mano de su mamá.
Mi marido fue el primero en saludarla desde nuestra terraza, después coincidimos en reuniones de vecinos, donde yo siempre la escuchaba hablar con gran desenvoltura de todos los temas que se trataban.
Enseguida se aprendió mi nombre y cada vez que nos encontrábamos por la calle, le dacia a su hijita... !Cariño, mira es Isabel! ¿Le das un besito? Y la niña, además de regalarme siempre la mejor de sus sonrisas, me daba un beso.
Realmente ha sido este verano cuando nuestra amistad ha dado más fruto, porque en nuestro jardín y junto con otras buenas vecinas hemos compartido muchas cosas buenas, cosas sencillas y sin importancia pero que al final son las que te hacen más feliz.
He compartido con ella la gran ilusión de su segundo embarazo. En el mes de Febrero nos dieron la noticia y consiguieron, su marido y ella contagiarnos la alegría y la felicidad que sentían.
Dicharachera, deboradora de libros, que siempre me recomendaba, pendiente siempre de su princesa y preparando todo al detalle para la llegada de su segundo hijo.
Rodeada de toda la dicha que la vida nos ofrece, y además agradecida de esa dicha, con los pies en la tierra, una mujer sencilla, llena de sueños y con una larga vida que vivir.
Pero no, algo salio mal, el guión de su vida se alteró, todo cambio de pronto y la dicha se convirtió en dolor.
Dejo su tesoro en este mundo y nos dejo... Desapareció de nuestras vidas para siempre.
Pero, ¿Porqué? ¿Por qué? ¿Donde esta el sentido de esta sin razón?
Sin duda la muerte es el gran misterio de la vida, nadie, nadie, ni ahora ni dentro de mil años puede tener una respuesta lógica a esta locura.
Escribo sobre este tema que me causa tanto dolor, desde el cariño y el respeto más profundo hacia esta familia, y sobre todo hacia mi vecina, mi amiga de patio a la que nunca olvidare.
Estoy segura que estarás en el Paraíso disfrutando de la presencia de Dios, pero también estoy segura que más de dos cosas te han tenido que escuchar allí arriba, menuda eras tu.
Un beso y todo mi cariño Susana.
Isabel Agundez Jacobo

2 comentarios:

ana dijo...

Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él. "Teresa de Calcuta". Saludos Isabel y mucho ánimo de corazón.

mina dijo...

Leerte es llorar,hermana. Te quiero