miércoles, 31 de marzo de 2010

Hoy quiero estar contigo Señor


Señor, en estos días que recordamos tu Semana de Pasión, me gusta sentirme muy cerca de Ti, por si en algo puedo aliviar Tu dolor y Tu pena.
Quiero darte la bienvenida con palmas y vítores, para que entres glorioso en mi corazón.
Quiero sentarme a Tú lado y escucharte como me enseñas a rezar el Padre Nuestro, como me hablas de las bienaventuranzas,como multiplicas los panes y los peces para que todos podamos comer.
Quiero ver como pides que los niños, se acerquen a Ti, como me hablas de sembrar en buena tierra, de los frutos buenos y malos que daremos según nuestras obras.
quiero oírte decir una vez más que tenemos que perdonar hasta siete veces, siete la ofensa que nos hacen.
Cuéntame de nuevo la parábola del "Hijo Prodigo" la de la "Oveja perdida" la del "Verdadero amor" , hablame de la fuerza de la fe.
Quiero estar a Tú lado cuando le laves los pies a tus discípulos, para aprender a ser humilde.
Quiero acompañarte, cuando le estés orando a Tú Padre, cuando sientas miedo de tanto sufrimiento, como te aguarda.
Quiero estar ahí cuando te detengan, cuando te acusen, te escupan y te condenen a morir en una Cruz, sin tener culpa ninguna.
Quiero sujetarte cuando te den el primer latigazo, gritare de dolor cuando se acerquen a Ti para ponerte la corona de espinos. Te daré mi mano, para que te agarres a ella muy fuerte y puedas así aliviar un poco Tú dolor.
Seguiré a Tú lado Señor, cuando Tú sangre sea derramada, cuando Pilatos se lave las manos y mire para otro lado, aun sabiendo que eres inocente.
No me separare de Ti cuando pongan sobres Tus hombros esa pesada Cruz de madera y recordare durante toda mi vida, que asumes ese Cruz tan pesada para librarme de mis pecados, y esa cruz Señor me recordara siempre Tú sacrificio y tu entrega. y nunca renunciare a ella.
No me moveré de Tú lado hasta llegar al Gólgota, no dejare de mirarte cuando te estén clavando en Tú Cruz, me acercaré a Tú madre para abrazar su pena, llorare junto a ella, y pediré por los que no te han comprendido, por los que equivocan Tú Amor, con otras cosas, por los que no saben perdonar, por los que no saben abrazar sus Cruces...
Y no te dejare solo ni un solo momento, y ni un solo momento dejare de mirarte, y ni un solo momento dejare de amarte, y así sera para siempre Señor.
Hoy, Jesús estaré contigo.
isabel agundez jacobo

lunes, 8 de marzo de 2010


Desde siempre he pensado que los seres queridos que se van de nuestro lado para siempre, siguen de alguna manera, intercediendo por nosotros, ayudándonos lo que pueden, desde ese paraíso que habitan.
Siguen intentando que nuestra vida sea un poco mejor, simplemente porque nos quieren, y nunca nos dejaran solos en este Valle de Lágrimas.
Pero he llegado a una conclusión, (Un poco triste para mi) Y ahora pienso que eso no puede ser así.
Si ese Paraíso en el que ahora están, es ese lugar lleno de paz, y de amor, de tranquilidad y de sosiego, de descanso y de armonía, de risas y de buenos sentimientos, de belleza y de luz. Si ese lugar es así, es imposible que puedan mirar a la tierra y ver todo lo que nos pasa, porque entonces jamas conseguirían ser felices, ni podrían estar tranquilos, ni tampoco encontrarían un minuto de paz y de sosiego. Si no, todo lo contrario, seguro que se pasarían el día llorando al ver lo infelices que somos, las cosas tan terribles que hacemos. Sufrirían cuando caemos enfermos, sufrirían por nuestra falta de amor, por nuestra falta de generosidad, por nuestro egoísmo.
Lo pasarían muy mal, cuando nos vieran hacer cosas, que nos apartan de ese Paraíso que ahora ellos habitan.
Sí, definitivamente creo que todo el que entra en el Cielo, tiene prohibido mirar para la Tierra.
Solo Dios puede tener esa fuerza y ese aguante, solo Él puede estar ahí para nosotros, escuchando nuestras oraciones y nuestras suplicas. Solo Él puede puede sufrir por nosotros, y sigue confiando en nosotros, y nos sigue perdonando y queriendo. solo Él tiene un corazón lo bastante grande y fuerte, como para asimilar tanta desdicha, tanta maldad, tanta envidia, y tanta falta de Amor.
Desde hoy intentare ser mejor persona, para que así, su carga no sea tan pesada, y su sufrimiento pueda ser más llevadero.
Desde hoy intentare ayudar a otros a cargar con sus cruces, para poder así, aliviar el peso de la Cruz que el lleva por todos nosotros.
Desde hoy sonreiré más, tendré más paciencia con mi madre, intentare escuchar más y hablar menos. Me acercaré al que sufre para que no se sienta solo.
Sí, mientras los días transcurren y nos acercan a la Semana de Pasión, yo me hago el propósito de acercarme a su Cruz, para que sobre todo, no se sienta tan solo.
isabel agundez jacobo