miércoles, 26 de noviembre de 2008

ÁREA DE SERVICIO




Para los que estén aprendiendo a guisar, para los que no sepan que hacer hoy de comida, para los que les guste la comida sencilla, los guisos de toda la vida. Bueno pues para quien quiera servirse, inicio hoy este área de servicio en mi blog.

Patatas a lo pobre:

Patatas peladas y bien lavadas
Pimiento verde
Aceite de oliva
Cebolla


Se trocean las patatas en láminas gorditas y se le echa un poquito de sal, se pica la cebolla en trozos pequeños y se trocea el pimiento en trozos no muy grandes.
En una sartén se calienta abundante aceite y se le echa todo lo que hemos preparado. Se mueven bien las patatas y se dejan freír a fuego lento hasta que están blanditas
Se apaga el fuego y se van sacando las patatas de la sartén, poniéndolas a escurrir para que suelten lo máximo de aceite.
Una vez escurridas las patatas están listas para acompañar unos filetes, unos huevos fritos, o un buen pescado a la plancha.
Buen provecho.

domingo, 23 de noviembre de 2008

DONDE TODO COMENZÓ


Han pasado 36 años y hoy he vuelto al lugar donde todo comenzó...
El principio de una vida compartida, el primer hijo en camino, muchos sueños que cumplir, muchas ilusiones que vivir, muchas incertidumbres que descifrar, muchos misterios que desvelar. Tenía 21 años y toda una vida por delante.
Hoy he vuelto, he buscado el lugar y, al encontrarlo me he sentido muy feliz.
No he podido evitar, hacer balance, de todo lo que desde aquel lugar, la vida me tenía reservado.
Me esperaban otros paisajes, al volver a mi tierra Extremeña, me esperaba el inmenso regalo de mis cinco hijos, me esperaba poder estar siempre al lado de mis padres y, seguir enamorada y feliz junto al hombre con el que empecé esta historia, me esperaba la Amistad de verdad de la buena. También me espero impaciente la enfermedad y el dolor, de las que siempre y gracias a Dios, salí fortalecida.
Me esperaba Pacífico, y todas las cosas buenas que me enseño, me esperaba Sor Eugenia que metió a Mozambique en mi corazón y en mi vida. Me esperaban muchos lienzos para llenar de color y de formas mis sueños, me esperaban mis escritos; mis poemas, mis cuentos y el milagro de ver publicado mi libro "Mi primera aventura".
Ha sido una experiencia mágica la que me ha permitido volver donde todo empezó y, curiosamente, de la mano de mi primer hijo.
Con los ojos llenos de lágrimas y en ese lugar donde todo comenzó, le dí gracias a Dios por mi vida.

Isabel Agúndez Jacobo

sábado, 1 de noviembre de 2008

SIEMPRE EN MI RECUERDO


Un recuerdo entrañable en este día para mis seres queridos que ya dejaron este mundo.
Mi querido padre, mis abuelos, mis suegros, alguno de mis tíos, una muy querida amiga, un muy querido y respetado amigo, y las personas a las que la vida ha puesto en mi camino para quererlas, admirarlas, personas a las que he querido y que nunca olvidaré.
Todos ellos, ya están disfrutando, de la presencia de Dios en un lugar, lleno de paz y de armonía de luz y de tranquilidad.
A ellos solo puedo llegar de verdad cuando los busco en mi corazón, cuando los busco en mis recuerdos y en las cosas que viví junto a ellos.
De mi padre, guardo en mi corazón todo lo que me enseño de niña, y no olvido su sonrisa. De mi abuela, me quedo su bondad y, de mi querido abuelo tengo el recuerdo imborrable, de una niñez que, el lleno de mucho amor y de mucha alegría. De mis queridos suegros me quedo su honestidad y su cercania. De mis tíos, me queda el recuerdo, de cuando yo era una niña. De mi muy querida amiga, guardo, su dulzura y nuestras largas conversaciones, siempre hablando de nuestros hijos.
De mi querido y respetado amigo, aun tengo vivo el recuerdo de las ultimas palabras que le escuche decir, y para siempre guardaré en mi corazón su ejemplo de vida. De las personas que he conocido, me quedan sonrisas, abrazos, emociones, palabras de cariño que nunca olvidaré.
Este poema lo escribí para mi padre , pero hoy como si fueran flores se lo dedico a todos ellos.

Tu alegría y tu risa guardo como un tesoro
En un cofre de amor, escondí tus abrazos
Tus besos pondré en cajitas de plata.
Tus lágrimas dejé en un sobre cerrado.
Tu recuerdo escondí en el fondo de mi alma
Tu amor lo sembraré entre rosales blancos
Tu dolor y tu miedo los llevaré conmigo
Y en las cosas más bellas
Os seguiré buscando.

isabel agúndez jacobo




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