miércoles, 17 de febrero de 2010

El tiempo y como lo medimos


El otro día, bueno mejor dicho, la otra noche viendo un programa de la tele, (uno de los pocos que veo hasta el final) me dí cuenta de como medimos el tiempo, unos y otros, según los años que hayamos cumplido.
El programa en cuestión, se llama "Volver" y eso es lo que hacen, los distintos personajes que protagonizan dicho programa, volver al lugar donde nacieron, para encontrarse con sus amigos de la infancia, con sus vecinos y familiares.
Me llamó la atención, que la otra noche llevaran a una persona tan joven, para que se encontrara con su pasado.
Dicha protagonista hablaba de 14 años atrás, de 4, de 6, como si eso fuera una eternidad.
Para mi, por ejemplo hablar de trece años, de seis o de cuatro, es como si hablara de ayer mismo. Yo mis años del pasado, ya los cuento diciendo... -Pues hace 47 años que deje la escuela, 47 que salí de mi querido pueblo, hace 43 años que hable por ultima vez con un amigo de la infancia, que ahora por estos días he recuperado.
Ahora dentro de nada, el próximo día 5 de Marzo, hace la friolera de 38 años que me case, y en Enero hizo taitantos que fui mamá por primera vez. Y en el año 83, me paso tal cosa, y en el 88 esta otra. Bueno que ya manejo unas cifras un poco altas, esa es la verdad.
Yo que siempre he vivido la vida intensamente, y dándome cuanta de todos los momentos que me tocaban vivir, la verdad que esto del pasado, me ha llegado casi sin darme cuenta, y es algo que no me preocupa. Porque entre otras cosas, es lo que tiene vivir, y cumplir años que se te acumulan las experiencias, los sueños, cumplidos o no, los buenos y los malos momentos que de todo ha habido. Se te acumulan, los veranos, las tardes de primavera, las puestas de sol, los días de lluvia, los Arco Iris, los juegos infantiles, las risas y los abrazos, los encuentros y las despedidas, las lágrimas, los cientos de cuadernos con mil cosas escritas, y sobre todo se me acumula mucho amor dado y también recibido.
Alguien me ha dicho por estos días, que a cierta edad se empieza a mirar más al pasado que a los días que tenemos más cercanos, y sí, no le falta razón, así ha sido siempre y yo no voy a ser una exepción, pero, a mi me pasa una cosa...
Cuando salí de mi querido pueblo, con 13 años, yo sentía que ya tenía un pasado,
13 años vividos con ilusión, en los que aprendí muchas cosas que luego me han servido durante toda mi vida, atrás quedaron unos recuerdos y unas vivencias, que siempre he mantenido en mi corazón, con ilusión y con mimo.
Por otra parte, siempre he dicho y lo llevaré a cabo durante toda mi vida, que vivir el día a día es lo más importante, el día de hoy, la hora, el minuto que estoy viviendo, ahora mismo, eso es lo que vale, porque si lo vivimos intensamente, con ganas de aprender, de ser mejor persona, de dar todo lo que sentimos, lo que somos, pues solo así podemos encarar el futuro con ilusión y con fuerza, y solo así lograremos tener un pasado feliz, al que no nos dé miedo asomarnos de vez en cuando.
Y a propósito del tiempo...
Pasa a mi lado inalterable, orgulloso y despreocupado.
Pasa cada día sin rozarme siquiera, unas veces cruel, otras amable
Nadie como él alivia mis penas, y solo él sabe ser bálsamo
para mis preocupaciones, para mi dolor, para hacer reír a mi corazón.
A veces corre veloz dejando tras de si, una estela de risas, él corre, siempre corre
y, si intento detenerlo se escapa entre mis dedos.
A veces se disfraza de vida, de sueños y de esperanza, de pasado y de futuro.
El Tiempo, si, ese que pasa inalterable, mientras escribo estos versos.
Isabel Agúndez Jacobo

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