martes, 12 de febrero de 2008

JUVENTUD, DIVINO TESORO

Anoche vi en la televisión un programa terrible. Varios actores se metian en el mundo de la noche para tomarle el pulso a las movidas de los jovenes en los fines de semana.
Alcohol, drogas, sexo sin tomar precaución, conductores borrachos...
Lo que más me impresiono fué la normalidad que se le dá a todo. "Todo es normal porque así lo queremos"
Todos estaban super orgullosos de lo que hacían, de lo que bebían, de lo que tomaban y no se cortaban al contarlo delante de una camara de televisión.
Me impresiono la falta de respeto de unos hacia otros. Algunos contaban que estando borrachos les daba igual con quien se acostaban (por decirlo más suave de lo que ellos lo contaban) no se fijaban si la chica era guapa o fea, gorda o delgada y a su vez las chicas decian que cuando todos estaban borrachos ligaban seguro y el rroyo sin explicaciones lo tenian asegurado.
Da un poco de miedo a que ellos le hayan perdido el miedo a todo ¿no?
Y les esta pasando a nuestros hijos, a nuestros sobrinos, a nuestros nietos. ! A nuestros niños! porque parece que a veces la mente nos juega malas pasadas y todo lo bueno que ocurre le ocurre a nuestros hijos, pero todo lo malo que ocurre le pasa a los hijos de los demas unos desconocidos que solo merecen nuestro desprecio y así nos luce el pelo ¿Se puede llegar asi a alguna parte? ¿Se puede construir algo de esa manera?
¿No estamos haciendo de cosas terribles una normalidad que no es normal?
isabel agúndez jacobo

1 comentario:

la sandri dijo...

Hola Isa,
Desde luego es una realidad terrible la que muestran, pero hay que tener en cuenta que esos programas "sensacionalestas" lo que buscan es precisamente impresionar y no dudan en enseñarnos a una parte lamentable de la juventud y generalizar dando a entender que eso es precisamente lo que hacen todos los jóvenes. Estoy segura que, incluso hoy en día hay muchos chicos que no se ponen hasta arriba de drogas para divertirse y se tienen bastante mas respeto a si mismos y a los demás.
Pero desde luego en nuestra mano está que esto no se convierta en una auténtica realidad.

Besitos