miércoles, 14 de mayo de 2008

MOZAMBIQUE EN MI VIDA


En el año 95 y de la mano de Sor Eugenia, Mozambique llego a mi vida y la lleno de una fuerza que yo pensaba que no tenía. Sor Eugenia fue durante muchos años misionera en Nampula (Mozambique) y vivio por y para servir a un pueblo que sufria, que tenia hambre, que una guerra que no acababa nunca los tenia solos, abandonado y olvidados por todo el mundo, sin comida, sin medicinas, sin escuelas...

Ella siempre estuvo con los más pobres y desamparados, con los "Preferidos del Señor" como ella siempre decia. Tuve la gran suerte de conocerla en uno de los ultimos viajes que hizo a España, bueno en realidad fue su ultimo viaje, pues nunca más pudo volver a su querido Mozambique. Escucharla hablar era impresionante, mientras hablaba no paraba de mover las manos y describia cada situación con mil detalles, desde luego ponia el alma en cada palabra. Una tarde mi amiga Amparo y yo estuvimos cinco horas escuchándola hablar de sus queridos niños desnutridos, sin otra enfermedad que el hambre, algunos con tres y cuatro años aun no se tenian en pie... A veces cuando habia suerte y tenian una botella de suero los niños volvian a la vida y a los pocos días los veian sonreir.

También nos hablo de sus madres, unas niñas aun, enfermas, solas, hambrientas. nos describia tal pobreza que se nos encogia el alma. En las palabras de Sor Eugenia tambien habia mucha esperanza, nos decia que rezaramos mucho para que esa guerra que padecian terminara cuanto antes, nos hablaba de que eran muy generosos y que lo poco que tenian siempre lo compartian, si habia una galleta y ocho niños se la pasaban uno a otro dandole un mordisquito cada uno, si habia un caramelo lo chupaban y luego se partia en los trozos que hiciera falta para que todos lo probaran.

Sor Eugenia con su testimonio hizo que mi vida diera un giro, hizo que me comprometiera con Mozambique, que los conociera, que los mirara de frente, que me metiera en sus vidas y que los amara.

Con el ejemplo de Sor Eugenia pude dar un paso hacia adelante para aportar mi granito de arena y hacer posible que la sonrisa de un niño, de un pequeño mozambicano fuera más duradera. Durante ocho años ayude a ayudar y consegui que sus vidas me importaran, que le importaran a mi familia y a un buen numero de personas.

Aun me duele mucho hablar de este tema, pero se que es algo que tengo pendiente, y algun día tengo que contaros todo lo que viví y todo lo que logre para ellos.

No hablo como tú, no visto como tú, no como las mismas cosas que comes tú. Sin embargo cuando por la noche miro al cielo, veo la misma Luna que ves tú.

No tengo las mismas costumbres que tú, no vivo en una casa como la tuya, no sufro por las mismas cosas que sufres tú. Pero el Sol que alumbra mis días y me dá calor, es el mismo Sol que alumbra tus días y te dá calor.

No rezo igual que tú, no baila como tú, no juego a las mismas cosas que juegas tú, sin embargo Dios ha puesto el mismo Amor en nuestros corazones y a los dos nos ama por igual.

¿Te das cuenta hermano africano, que lo que nos une es lo más grande y bello del Universo?

isabel agúndez jacobo

2 comentarios:

Unknown dijo...

El amor es lo mas bello que pueden dar y recibir los hombres. El amor no distingue ubicacion geografica. Felicitaciones por el blog. Chauuu

Anónimo dijo...

tú me enseñaste a ver más allá de la pobreza de un pueblo,me enseñaste a ver otras vidas,sus ilusiones,sus costumbres y tradiciones,sus anhelos,sus desdichas,sus esperanzas,aprendí que no sólo hay pobreza y miseria,aprendí que hay personas que viven,que sobreviven,que quieren una vida mejor y que luchan por ello siempre con una sonrisa,aprendí a no quejarme tanto por chorradas aunque a veces se me olvida,vi la esperanza a través de lo ojos de los niños,te he visto llorar de impotencia por no poder hacer más,y te he visto enfermar y sufrir las consecuencias de tanta pasión por mozambique,gracias por todo lo que me has enseñado,te quiero.